«Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.» Marco Aurelio.
Conocer y saber sobre filosofía es hermoso. Quizá al igual que el resto de ciencias y disciplinas que algunos seres humanos dominan, pero cada vez aprecio más leer sobre filosofía.
En mi curso de orientación universitaria estudie esta disciplina y una de las enseñanzas que me ha perseguido, toda mi vida, es uno de los pensamientos de Aristóteles:
«El fin que busca el ser humano , en su más plena consciencia, es ser feliz».
Pero ¿hay una fórmula para obtener la felicidad?
Seguro que la química no puede aportar soluciones permanentes de estado anímico feliz. Indudablemente, la química colabora en frenar, en ocasiones, los estados depresivos, antítesis del estado felicidad.
Martin Seligman, psicólogo americano, estableció un enunciado matemático como fórmula de la Felicidad:
F = H + C + D
- H = La Heredada capacidad de ser feliz;
- C = Circunstancias de vida personales;
- D = El Deseo de ser feliz
«Al igual que la vida es algo más que la vida placentera, la vida con sentido es más que la buena vida».
Este simple sumatorio, el cual se puede dotar de cantidades diferentes en cada variable, pudiera ser una aproximación real, sin contar con el azar y el destino, en los cuales no podemos influir, lo que genera incertidumbre.
Ante la incertidumbre solo cabe TALENTO.
Indudablemente, tener una buena herencia de felicidad aporta una gran dosis de materia a la fórmula. Y no voy a entrar a dar mi opinión sobre lo que entiendo por lo «heredado». Pero, sí voy a entrar en decir que tenemos la obligación, cada uno de nosotros, de dejar una herencia de capacidad de ser feliz a nuestros hijos y con los que nos relacionamos.
La circunstancias de vida personales, también suman o restan de manera importante. No voy a entrar, tampoco, en verter mi opinión sobre el concepto de «circunstancias de vida personal». Pero, sí voy a expresar que tenemos la obligación de tener coraje y luchar para cambiar nuestras circunstancias personales, llegar a las que consideramos adecuadas y mantenerlas, e incluso mejorarlas si estamos dispuestos.
No se trata de buscar lo mejor, se trata de aceptar lo «suficientemente bueno«.
El deseo de ser feliz, has de mantenerlo en tu mente dominando tus miedos, que están ahí, a tu lado y que ellos conviven contigo; recuerda: tú mandas.
Un segundo, un minuto, una hora, un día, un mes, un año, cualquier unidad temporal finita de la variable tiempo, la echas a perder si no alimentas el deseo de ser feliz.
Creo que hay que ser moderadamente feliz. Tener un infinito espectro de grises, entre el blanco y el negro, modulan la felicidad.
Hace unos días, el Australiano me pidió que escribiese sobre «disfrutar la vida, que el tiempo pasa…» Alguien muy cercano, también me expresaba lo mismo: «la vida pasa volando y empiezo a querer vivir».
¡No dudes en disfrutar ni de vivir un solo instante plenamente!
La felicidad es una forma de viajar, no un destino. Ayer me propusieron un medio de transporte para viajar, un reto, puede funcionar o no funcionar, pero lo voy a vivir con plenitud, intensidad, pasión y total lujuria. Que no sale, aplico Shackleton.
Quien me propuso el reto habla de viajes apasionantes, me ayuda sin interés y «lo único que puede ayudar [salvar] a un ser humano es otro ser humano«
Eslogan de una campaña publicitaria de Médicos Sin Fronteras
Hay algo que tengo clarísimo, solo soy feliz cuando hago vida social, cuando me relaciono en mi vida profesional, cuando vivo en comunidad, cuando acepto y empatizo con los demás, cuando ayudo y soy ayudado, cuando tengo TOLERANCIA.
Ser emperador [Marco Aurelio] romano y filósofo, «is cool«:
«La felicidad en la vida depende de los buenos pensamientos que se tengan»
Hay que ser un poco más «hipster«, tener estilos de vida diferentes a los tradicionales, en definitiva tener diversidad.
Mi último comentario: ¿Soy feliz? ¿Lo eres tú…?
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